Quiero volver a ser del color de la alegría que tenía cuando chiquilla;  del color de las figuras que me imaginaba en las nubes sin precio, sin facturero, sin que costaran un cinco, niña millonaria.

Quiero volver a ser del color de la alegría de mis padres, que con abrazos llenaban la casa vacía de lujos, abundante de sueños;  quiero volver a ser del color de mis ojos cuando cerrados viajaban como si fuera cierto que hubiera una alfombra mágica y Aladino era yo.

Quiero volver a ser del color de las primeras letras que supe escribir, con sus formas deformes, felices de existir sin caber en el molde perfecto ni adecuado, bailando en los cuadernos, orgullosas de palpitar en mi lápiz y salir a respirar cuando las hacía yo sonriendo.

Quiero volver a ser de ese color donde la mayor lucha era dormirme porque era hermoso estar despierta…  

Quiero volver a ser del color de todo lo posible, lo imaginable, lo inimaginable, lo oscuro y lo brillante… para abrazar a mi hermana la locura, la libre locura.  Quiero volver a ser del color de mi niña. 

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

1 comentario

  1. Alejandra Solís Ortega on

    Preciosa reflexión, creo que en el interior todos deseamos volver a la esencia de la niñez, en la que la inocencia, el amor, la elegirá y el desenfado nos caracterizaba. Excelente!!