Son las nueve de la noche y aún no oscurece en Holanda. No sé si es de noche -vestida de colores claros, muy claros-o si sigue siendo de día. Todo es tan relativo. En el verano de Holanda, la noche llega tarde o el día es el que se estira para jugar su buen rato, más que de costumbre.
Es tan relativo esto del tiempo.
Por eso pienso que es tan relativo cuando alguien te dice que es tarde para que empecés a amar; o muy temprano para decir adiós. Que ya es tarde para tener hijos o muy temprano para concebirlos.
Es muy relativo cuando alguien te dice que es un tesoro lo que tenés; o que acabás de perder un tesoro cuando te despedís. Sólo vos sabés lo que valorás en tu cofre y sólo vos tenés la llave.
Es tan relativo cuando otros juzgan tus impulsos para buscar lo que te hace feliz; o cuando otros te ven sentada, guardando silencio, conectándote con tu alma; lo interpretan como estancamiento, cuando en realidad estás avanzando.
Es tan relativo cuando decidís vivir. Cuando abrís los ojos y te das cuenta de que acabás de despertar del coma que tenía tu alma.
El consejo de rodearse de gente, es tan relativo. Siento que a veces restar gente en la vida, es sumar. Gente tóxica roba; gente bondadosa multiplica.
Son las nueve y aún no oscurece en Holanda. Vos decidís cuándo es hora de ir a soñar.
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