Papito, ahora que estás allá, ¿qué hay al inicio y al final del arcoiris?  Tal vez baldes de colores jugando y se ríen haciendo que sea curva la forma en que se acomodan… o un ángel pintor, después de lavar las paredes del cielo, con brocha en mano, mientras silba, pinta para que volvamos a ver hacia arriba?

Papito, cómo es la montaña más alta  de la tierra, desde el cielo, ¿bajita?

Papito, ¿las nubes son suaves?  Yo pensaba que los delfines eran suavecitos y un día toqué uno y no!, ¿pasa eso con las nubes?

Papito, ¿cuándo vendrás a mis sueños para volver a sonreírnos y abrazarnos? ¿Se puede? ¿Podés pedirle permiso al Dios del Amor?. Tampoco que nadie te regañe pero si se lo podés pedir, me encantaría…

Papito, todas las estrellas se me hacen poquitas, insuficientes, porque yo a quien quiero ver brillando es a vos, como pasaba aquí en la Tierra con tus ojos, aquí a la parcita nuestra, con Mami y todos

Papito, quedate conmigo en mi corazón, que aquí  afuera todo sigue fluyendo con la música de la vida maravillosa y extraña a la vez…

Mientras yo tenga palpitaciones, vos palpitás conmigo, así que… sólo quería recordarte que te amo, aunque vos ya no ocupés escucharlo, yo ocupo decirlo.

Chaito Pa, tengo mucho trabajo que hacer.

Te amo Pa.

Te amo.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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