Por Lizeth Castro

Nací para decir que te amo.  Que en mi vida nada hay más importante que vos.  Que he hecho cosas grandes, extraordinarias, perfectas, pero nada como decir cuánto te amo.

Te veo triste a veces y me pregunto,  ¿No te bastan las montañas que hice para vos y  el sol que colgué en el cielo para que te ilumine y dejés de tenerle miedo a la oscuridad?  ¿No te basta mi pincel en las flores, hice los colores para vos; o las cosquillas del viento en las ramas de los árboles?  ¿No te basta el río cantando y las piedras bañándose felices con el agua que les cae en la espalda?  Hice el cielo, lo pinté con mucha ilusión para vos, para que sea tu techo.  ¿No te basta verdad?

Nací para decir que te amo.  Que no estás en soledad.  Que tu corazón está en la palma de Mi Mano, donde están mis tesoros.  Que todo va a salir bien. Que todo pasa.

Nací para abrazarte cada vez que me lo pidas.  Nací para estar con vos, te hayas equivocado o hayas acertado.  Nací para decir que te amo y que nada me haría dejar de hacerlo.

Nací, no para que me recordés, sino para que vivamos juntos tu travesía por la vida. Estoy vivo.  Estoy aquí.  No soy un recuerdo.  Soy Amor.

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

Comments are closed.