Por: Lizeth Castro

Veo hasta la punta de la nariz.  No sé qué tan largo, corto, angosto o ancho es el camino hacia la cima que sueño. No sé cuántos túneles habrá ni cuantos llanos ni cuestas. Si hará frío en algunos tramos o si el calor del sol me acompañará todas las mañanas.  Por eso, la carga que llevo para emprender la ruta no debe ser más de la que ocupo.

Ocuparé familia.  Pero familia que me construya, que me hable al oído sobre lo que puedo lograr, advertir peligros desde los ojos del amor, estar de mi lado y no del lado de la resignación, la envidia y la rendición.

Ocuparé amigos.  ¿Uno, dos, tres?  No ocupo multitudes, sino amigos y esos, como son tesoros, por lo general son muy escasos.  Valiosos y escasos.

Ocuparé actitud. Más allá de estudiar, de cursos, de academias, de formalidades, ocuparé que mis ojos y mis oídos estén abiertos a lo que viene, a comprometerme con la felicidad, con el agradecimiento, con la excelencia, a reírme mucho de mí misma, a ser misericordiosa conmigo, a ser solidaria y tener claridad en que mi mente y mi corazón tienen que estar sintonizados.

Ocuparé de mi confianza.  Esa tiene que estar siempre, sea que los planes se cumplan o no, o que los desafíos sean más pequeños o más grandes de lo que imagino.  Creer en mí no es un accesorio, es un requisito para caminar, hacer pausas, devolverse –si fuera necesario-, avanzar, en fin, para crecer.

Ocuparé un día a la vez. Las ansias agregan peso pesado a la carga de hoy y no resuelven nada.  Si tengo este día sin contar con mañana, el reloj será como una naranja a la que le saco el jugo hoy, porque ya mañana será historia. Y ayer no la tenía, no la misma naranja.  Un día a la vez.

Y definitivamente ocuparé de Dios. El será el oxígeno que respire. Sin El, nada. Su “Sí” y su “No” serán banderazos para iniciar y terminar cada plan. ¿Me gustará siempre lo que El me da o me quita? No siempre.  Pero repito, yo veo hasta la punta de la nariz.  El ve siglos atrás y delante de esta página que escribo.

¡Feliz camino a emprender!.  ¡Felices proyectos!. ¡Felices ilusiones!. ¡Feliz aprendizaje! ¡Feliz vida para vos!

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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