El Huracán Otto ya pasó. ¿Cómo quiere ayudar usted?
¿Quiere orar y quedarse en su casa? Ore con fe para que la solidaridad le gane a la desesperanza.
¿Prefiere ir con una pala a sacar barro de las casas? Alístese y vaya.
¿Cocina muy rico cantidades grandes y quiere ofrecer sus manos para dar de comer? Ofrézcase.
¿Compró cobijas nuevas para que los damnificados no pasen frío? Llévelas a los que pueden acercase a ellos más rápido de lo que lo haría usted.
¿Quiere que en los albergues no falte el cereal y la leche para los más pequeñitos? Compre eso y utilice los canales más prácticos que existen para que el desayuno de los chiquiticos esté rico lo más pronto.
¿Tiene una tienda de calzado? Envíe varios pares para que los pasos de estas personas no sigan llenas de barro y desolación. ¿No es dueño pero conoce alguna tienda? Compre y done.
Pero por favor, haga algo que ayude. Hágalo ya porque hay muchos que no tienen lo que usted sí. No pierda energía en pelear, en juzgar o en criticar; usted invierta su tiempo en dar lo mejor que tenga, en sentirse compatriota digno y si cree en Dios, no es opcional sino deber dar y no dar limosnas sino lo que a usted le gustaría que le dieran. Antes de participar en una red social destruyendo los esfuerzos de otros, sea parte de una red de amor; esta última es la que podría salvarle la vida a muchas muchas personas en este momento.