Yo le agradezco a la pobreza haberme presentado a la ilusionista más gigante de todos los tiempos, mi madre. Mágica su voz, sus manos, su capacidad de brillar, su habilidad para que apareciera la alegría, su talento creativo para solucionarlo todo y enseñarnos a celebrar la aventura de la vida sin reclamo alguno por lo que no teníamos.

En casa mami nos hizo sentir millonarios cuando apenas había pases para ir en bus a la escuela. Hacia puñitos de monedas envueltos en papel y nos los daba en la mano con la advertencia “Mis amores, cuiden esto para que lleguen bien a la escuela. Que no se les caiga”, y uno sentía que llevaba monedas de oro, pero no porque no hubiera más dinero, sino porque ese puñito nos hacía ir a la escuela donde la mente se expandía y aprendíamos mucho.

La entrada a clases tenia olor a mami, desde el bulto que nos hacía, la cartuchera hasta los cuadernos que ella cosía porque imposible pensar en comprar nada nuevo. Remendaba los tennis viejos y las compañeras nos preguntaban que dónde los habíamos comprado… De ese tamaño era mi mamita, sin orgullos falsos, cantando mientras remendaba y cosía, feliz de hacerlo.

No se me olvida la oración de gratitud que hicimos cuando una Navidad sólo había un tamal de cerdo para cada uno en la mesa, eso antitos de abrir los regalos que ella misma nos había hecho. No había dinero pero éramos millonarios en amor. Mi papito es un ángel inundado de bondad, pero Mami, esa mujer poderosa, es la jefa de todos los ángeles.

En su voz, repito mágica, nos decía que la pobreza es un ratito y todos le creímos. Qué verdad más grande.

Luego la vida mejoró. Todos crecimos. Mi ilusionista gigante, la que se privaba de lujos y antojos, ha conocido el mundo con sus propios pasos y del brazo de Papi. Ahora es la vida la que le devuelve a Mami milagros, sonrisas, abrazos, manos llenas, tranquilidades, sueños hechos, porque este boomerang se le ha devuelto con toda la fuerza con la que ella nos parió y dio a luz cada momento mágico abundante en amor.

Mi ilusionista, que nunca dejés de ser hacedora de mi vida.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

4 comentarios

  1. Lindo articulo, me recordo mi propia infancia, vivencias, navidades etc.

    • Fui madre muy joven, a los 19 años y aunque no fue facil asimililar la noticia definitivamente mi hija que ya tiene 16 años ha sido una bendicion muy grande donde Dios tenia un propósito con su llegada apesar de las circunstancias, ahora tengo tambien un varoncito que con su nacimiento me trajo muchos retos como madre porque nacio con una condicion especial y he llorado mucho pero tambien soy muy feliz y aunque no ha sido facil son mi vida y agradezco a Dios cada dia por ellos

  2. Muy bello. Gracias por compartir. La mayoría tenemos hermosas madres que han dado lo mejor por sus hijos, en especial, cuando ha habido recursos económicos escasos. Verdaderas magas.

  3. Yaquelin montero alfaro on

    Simpemente hermoso lizeth, me trajo a mi memoria mi niñez, aunque fue muy dura porque mi papá era alcolico mi mamá lucho por sacarnos adelante por trabajar muy fuerte para darnos un cariñito pequeño para navidad y hacer aunque fuera un tamal para cada uno y porque apesar de las dificultades y de lo cansada siempre estaba hay para nosotros eramos 6 y siempre tuvo amor y cuidados por eso y mas la amo y ella es mi ejemplo a seguir a no darse por vencido y porque ella apesar de todo sigue luchando porque ahora aparecen enfermedades pero yo estare para ella como ella estuvo para mi ,te amo mamí soy la hija mas agradecida de que dios me pusiera en su vientre y que ella sea mi mamita