No hay mayor castigo para aquellos que te quieran ver mal, que tu éxito. Pero ojo, la pelea que debés dar no es a partir del odio ni del ego. La pelea se da con las mejores armas que tengás, esas que están dentro tuyo. El éxito es que a pesar de esas voces, sigás creyendo en vos.
Hay un aplauso, el que nadie escucha, que te das a vos misma o a vos mismo todos los días. Hay un halago que no es necesario que nadie más escuche; es el que te das, frente a un espejo, considerándote la obra de arte que sos. Quien te diseñó se tomó su tiempo y lo hizo con su corazón ardiendo de amor por vos.
La voces que critican salen hacia afuera, la gente las escucha pero en tu caso decidí que no permeen tu corazón. No les darás la importancia para que destiñan tu fiesta interior. Ese es el éxito. Dentro tuyo, conservás lo que amás y lo que defendés.
A las voces que critican dales un color, el más pálido. A tu voz interior pintala como el arco iris, que pase de lado a lado, que te cubra, a esa que cree en vos que nadie jamás la apague, no se la donés a nadie, es tuya.