Fluír como el agua, existir sin nudos, fluir con el perdón, dejar de cargar la rabia como piedra pesada, seguir, avanzar, sin contener los sueños, elegir, detenerme a sentir el sol, considerarme naturalmente maravillosa como el árbol, como el ave, volar naturalmente extendiendo las alas como lo hace la noche sin pensar ¿por qué no? sino ¿cómo sigo el vuelo?.  Abrir el día como se abre un regalo esperado y al caer la noche cerrarlo en el cofre de los agradecimientos…

Fluír como el agua en el río, dejar atrás, soltar, desapegarme, renunciar a los candados, abrir, dar la bienvenida, despedirme de los desaires, seguir, sin guardar segundos que no son míos que le pertenecen a la vida, que son de este regalo que me ha sido dado; respirar feliz como si fuera una niña con preguntas, que patea las piedras del camino y corre sintiendo el viento y corre sabiéndose dichosa de existir.

Fluír como el agua, así de simple, así de fascinante, de poderosa, fluir como el milagro que soy. Fluir viva, cantando y mojándome el alma, sentir a Dios y que Dios me sienta, abrazarnos porque el amor perfecto no es inalcanzable y lo celebro, estar en Sus brazos y mecerme como el agua…Fluír, así de milagrosa, así de infinita mi alma.

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Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

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