Hoy haré un acuerdo conmigo misma: tomaré un espejo de cuerpo entero e invertiré minutos de mi día en maravillarme de mi misma.
Empezaré por observar con orgullo las huellas del tiempo en mi rostro. Felicitaré a mi cuerpo por tener zurcos donde se han sembrado las páginas que he dado a luz con la complicidad de un Dios lleno de amor.
Cerraré los ojos y le recordaré a mi alma que ha sido diseñada para convertir en grandeza todos sus sueños.
Respiraré y me gozaré en el simple acto de existir, porque mi propósito de vida es ser feliz.
Con los ojos abiertos observaré de nuevo este estuche perfecto que soy por fuera, que contiene todo lo que soy realmente: un corazón que merece amar y ser amado; una dignidad que no puede ser pistoeada por gritos ni golpes; una obra de arte en construcción que nadie debe ni puede manosear.
Hoy haré este acuerdo: me amaré y a partir de ahí que se vengan todos los calendarios que el Cielo quiera que yo celebre.
1 comentario
Muy buenos