Uno siempre camina.
A veces camina hacia la dirección equivocada y a veces enfocado, con la brújula afinada, en la dirección correcta.
Conocí a una señora que tenia 10 años de no levantarse de la cama. Sus hijos gemelos de 8 años habían fallecido frente a su casa, en un accidente con una vagoneta que tiraba tierra en un lote baldío y ellos, jugando, se pusieron debajo de la tierra.
Murieron y su mamá empezó a caminar en la dirección equivocada.
Subida en las agujas del reloj, acostada en la cama, ella iba y venía.
Mentira que nada pasaba.
Así empezó a dar pasos en el camino. Daba vueltas, ahí, sostenida de las agujas del reloj, agotada, sin más propósito que gastar el tiempo.
Caminaba, pero en la más completa oscuridad, en un laberinto interminable, en una espiral de dolor, cubierta con la cobija de la desesperanza.
Así decidió caminar
Lo que te quiero decir es que nadie, ni siquiera el que se rinde, se salva del camino.
Si estás cansada o cansado, siempre habrá camino, no desaparece. Sólo que a veces es tan duro dar un solo paso!. Lo entiendo. ¿Y entonces?
Vos decidís si es una condena o una oportunidad lo que la vida te está dando.
No te condenes a caminar. Atrévete a caminar.
Lo vas a tener que hacer siempre; nadie, ni el que está durmiendo en la calle, ni el que acaba de perder un ser querido, ni el que recién fue mutilado en un accidente, ni el que traiciona o está siendo traicionado, ni el que recibió un diagnóstico difícil, nadie puede dejar de caminar, pero sí puede decidir en qué dirección hacerlo.
Si hay que pedir ayuda para dar un solo paso, sería genial que lo hicieras.
A veces nuestras lágrimas pueden empañar la brújula. No hay problema. Algún ángel tendrá un pañuelo o muchos muchos pañuelos para limpiarla y retomar la dirección correcta.
Esa dirección te la dice el corazón.
A todos nos ha pasado, es fácil desviarse, distraerse, pero luego se puede retomar el paso que nos lleva a casa.
Mientras el corazón late, vos camina.
A veces hace mucho frío y nos queremos congelar el alma; a veces hace un calor infernal y quisiéramos encontrar pronto un techo; y a veces sólo fluye como el río, maravilloso y pleno. El camino tiene de todo. Andalo. Nada es eterno. Todo pasa. Atrévete a caminar, pero hacelo ojalá, en la dirección correcta.