Recién cumplí mis 47 años y he decidido hacer un recuento de lo que hasta este punto del viaje he aprendido.

Recién he aprendido que debe preocuparme más el peso que lleva mi alma, que el que lleva mi cuerpo.

Ahora sé explicar por qué lo que más duele es la soledad, estando acompañada. También que lo que más hace latir el corazón no se vende, se construye. Quizá por eso hay tanto dolor cuando algo se destruye. Y talvez eso mismo explique por qué hay tanta determinación y coraje para reconstruirse.

Confirmo a mis 47, que no hay nada gratis.  Que si doy una sonrisa, una sonrisa me devolverá la vida. Como si fueran monedas:  si doy una patada, una patada me devolverá la vida; si doy una palabra amiga, una palabra amiga llegará a mí, sin esperarlo cuando más lo necesite. Son monedas con las que vivimos en un intercambio segundo a segundo, consciente o inconscientemente.

A mis 47, he escogido como una de mis frases favoritas que “El tiempo no vale oro porque el oro no vale nada;  el tiempo vale vida”.

He decidido preocuparme más porque no queden desenfocadas las fotografías que tomo, con mi corazón, de aquellos que amo y que aunque se vayan nunca los desdibujará la eternidad.

Entiendo que la felicidad anda caminando, esperando que yo la tome de la mano, mucho más fácil de lo que creí, mucho más a la par, mucho más amiga de lo que imaginé.

A los 47 sé que sin Dios, ni a la esquina y que con El, hasta en los pasillos más oscuros habrá luz, una luz dentro de mí que nadie, ni siquiera Dios puede apagar si yo la decido mantener encendida.

Entiendo a estas alturas, que aunque alguien me diga que me faltan 3 años para los 5O, en realidad me falta un minuto para el minuto siguiente y ahí voy, no cuento con más.

A esta edad conozco al amor en el silencio de mis hijas durmiendo y en su bulla cantando;  en sus preguntas de los por qué su mamá ha hecho diferente lo que ellas harían distinto y en sus abrazos diciéndome que me aman eternamente.

A los 47 creo en pocas cosas, en el Amor, al que reconozco con más claridad ahora, y creo en los dones que tengo, entiéndase desde  mis fragilidades porque me dejan claro cuáles son mis fortalezas.

Ahora he entendido que cuando leo que la fe mueve montañas, la montaña soy yo. 

He aprendido a aceptarme frente al espejo cuando me sorprendo a mí misma llorando por todo, porque el amor es todo lo que tengo y siempre me conmoverá la compasión, la bondad y el pan nuestro de cada día.

A mis 47 quiero vivir el siguiente minuto. Sólo eso.  Quiero vivir. 

Te recomiendo de Archivo:  Carta al amor de mi vida

Acerca del Autor

Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.

9 comentarios

  1. Xinia Guerrero Garita on

    Excelente apreciación de la vida. Bello recuento de los casi 50. Le aseguro que esos minutos para los 50 valen vida…..ve ya aprendí!, ya no valen oro, porque el oro no vale. Llegar a los 50 es precioso, ese recuento y priorización se hace aún más específico, más detallado…Dios se reafirma cada segundo. Gracias por compartir las voces de su alma.

    • Mariluz Calderón Barboza on

      Hermoso mensaje bella mujer. La sabiduría es un tesoro que llega con los años… El apreciar la vida desde una perspectiva lógica es el resultado de la reflexión… Felices cuarenta y cincuenta. Bien vividos

  2. Sary Molina on

    Nunca nunca dejaremos de aprender porque una vida llena de ganas de ser mejores nos moverá el piso.
    El odio , el de desencanto, la fragilidad, la injusticia, el desamor, la vanidad, el desequilibrio, la ira….. y lo más duro: la indiferencia, nos despertará pero para construir un mejor mañana desbordante de amor y dignidad .. pero hacia nosotras mismas.

  3. Gloriana Umaña on

    Excelente comentario que a las que lo leemos y estamos en los 47 años, nos refleja cómo un espejo nuestra vida y nos hace sentir muy identificadas. Gracias Liseth y vivamos cada minuto lleno de amor y felicidad.

  4. Farrath fuentes on

    Me encanto, a mis 39 hoy he decidido vivir lo que me haga feliz y me de paz.

  5. Marta Loaiza Cárdenas on

    Excelente recuento de los años…a mis 42 sigo aprendiedo cada dia más, segura de lo q importa en mi vida..amo mis hijos, hasta el infinito les digo siempre…gracias Liz xq hoy aprendí la lección..debo preocuparme más x el peso de mi alma y no de mi cuerpo….te admiro !

  6. Ana Patricia Murillo on

    Hago mías tus palabras, yo también acabo de cumplir 47 y me identifico totalmente con tu comentario. Bendiciones.

  7. Ana Patricia Murillo on

    Hago mías tus palabras, yo también acabo de cumplir 47 y me identifico totalmente con lo que dices. Bendiciones.

  8. Silvia Obando maroto on

    Bendiciones Lo mejor de todo es saber quien eres lo capaz lo que te falta por vivir. La vida es hoy y depende de uno ser feliz sin mirar atrás.