Una cadena de milagros rodean un accidente en el que era más fácil dar por muerto a don William Ramírez. Cayó en un guindo de 600 metros, estuvo ahí dos días con sus noches y sus amigos lo encontraron, con vida y con más ganas de vivir que nunca. Este señor nos habla del gran regalo de la vida y del que vino después, de la mano de su hija, una quinceañera que lo ama y también le da gracias a Dios por la vida.
Acerca del Autor
Lizeth Castro
Soy periodista desde que tengo uso de razón. Siempre me gustó preguntar por todo y escuchar respuestas, incluido el silencio como la mejor en algunos casos.